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UBICACIÓN Los Carpetanos eran un pueblo que habitaba la Meseta sur, desde la sierra de Guadarrama hasta el Tajo. Su economía era pastoril. Muchas de sus ciudades se hallaban asentadas en riscos y escarpaduras con cuevas naturales o artificiales que servían a la gente de mansiones. Plutarco habla de la ciudad de los Caracitanos (Taracena, cerca de Guadalajara), que no estaba compuesta de casas, sino que en realidad era un monte bastante alto y de cierta extensión con muchas cuevas orientadas hacia el norte. Otros poblados encerraban casas agrupadas sin orden, construidas en parte de piedra y en parte de madera y adobes o tapial. Plinio indica lo frecuentes que eran aquí las paredes de tierra que se hacían colocando el barro entre dos tablas y apisonándolo. Resistían a los siglos y ni los vientos ni las lluvias las destruían. Su cultura material (cerámica, arquitectura) era más pobre que la de otros pueblos del área celtibérica. No se puede saber bien cómo era la estructura de la propiedad territorial en estos pueblos, pero cabe suponer que dada su economía fundamentalmente pastoril, cada ciudad tendría unos terrenos propios dentro de los cuales pastarían los ganados: los terrenos serían comunales, pero los ganados no, pertenecerían a diversas familias y constituirían la expresión de la riqueza. |
Los poblados se hallan en lo alto de un cerro, con un recinto amurallado de 1,50 a 2,50 metros de altura, con viviendas cuadrangulares. Es curioso señalar que muchos de estos hallazgos arqueológicos se han hecho en lugares denominados siempre de manera que se evoca la idea de "castillo" (Castillejo, Castellares, El Castillo...) Allí, el arqueólogo encuentra ciertos recintos irregulares, con un anillo defensivo de piedras clavadas y atravesadas, además de fosas y trincheras, dentro de las cuales debía vivir una población compuesta en su mayoría de pastores. Tosca cerámica y molinos amigdaloides es lo que queda de su ajuar casi siempre». Julio CARO BAROJA: Los pueblos de España.(1.976). Mapa. Etnias prerromanas en la Península Ibérica (Según Miguel Beltrán). |
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Los hombres vestían
ropajes negros y ásperos de lana, y arrolladas a las piernas llevaban
espinilleras de piel. En caso de guerra se cubrían la cabeza con un
casco de bronce, adomado de una gran cresta de color rojo, y en una mano
llevaban un escudo redondo y ligero. Sus espadas eran de dos filos y los
puñales de un palmo de longitud: de éstos se servían para la lucha
cuerpo a cuerpo. Sus únicas industrias eran las del hierro y el tejido
de sagos, piezas ásperas de lana parecidas en su aspecto a la de las
cabras salvajes, lo que revela su origen nómada pastoril, así como la
costumbre, muy censurada por los romanos, de utilizar los orines para
lavarse el cuerpo y los dientes. |
ESPECIES VEGETALES EN LA MESETA
DURANTE LA EDAD DEL HIERRO
Especie | Encinas | Alcornoques | Robles | Sabinas | Pinos | Cereales |
---|---|---|---|---|---|---|
% | 47,9 | 16,1 | 10,4 | 10,4 | 5,7 | 10,5 |
LA CIUDAD
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La cocina era el lugar de reunión familiar, ocupando una posición central. En medio, el del hogar, y frente a él, el banco donde solían sentarse los moradores de la casa para efectuar sus comidas. Junto a la cocina, al fondo de la casa, o a su alrededor, las despensas. Por delante, una especie de vestíbulo, en el que con frecuencia encontramos las piedras de moler o los restos del telar, inmediatos a la puerta principal, para poder atender a los visitantes mientras se trabajaba. Fuera de la casa, el porche cubierto, otro punto de encuentro y reunión familiar en detemminadas fechas. La iluminación de las casas hubo de ser principalmente a través de la puerta principal y por medio del hogar. Se viviría, pues, en el interior, en una permanente semipenumbra. No existirían ventanas ni chimenea: las cubiertas de jara, retamas, etc, permiten perfectamente la salida del humo e impiden la filtración del agua. La superficie total podía oscilar entre los 100 y los 150 metros cuadrados Los Celtas en la Península Ibérica", n° extraordinario de Revista de Arqueología, 1.991 |
APROVECHAMIENTO DEL MEDIO
1: 5 habitantes/ casa; 5 habitantes/ 20 metros cuadrados.
2: 0,75 Kilómetros de radio.
3: El 40% del total de la superficie cultivable.
4: 10 Toneladas/ Kilómetro cuadrado.
5: 200 kilogramos/ habitante/ año.
6: El total de lo producido menos la 114 parte, que se vuelve a sembrar.
7: Restar 6 - 5.Análisis de los restos óseos de animales
Por lo que respecta a los bóvidos se
trata de una raza de talla más pequeña que las actuales; las ovejas
son también algo más pequeñas. Hay más cabras que ovejas. La
cantidad de carne que se consumía por persona cada año era 145,5 kg.
Por otra parte, los recursos alimentarios eran explotados al máximo,
como lo demuestra el alto grado de fraccionamiento de aquellas partes
del esqueleto que podían ser aprovechadas para la obtención de
alimento.
La edad del sacrificio de los animales es significativa: las ovejas y las cabras nunca se sacrificaban jóvenes; esto quiere decir que las querían para leche y lana. Los cerdos se sacrificaban jóvenes, lo que demuestra que fundamentalmente se les aprovechaba para came. Por lo que respecta a los bóvidos, llegaban a la edad adulta, ya que de ellos se explotaba la fuerza física». |
La imagen
recoge el aprovechamiento del medio por parte de los pueblos pastores
SOCIEDAD Respecto a la organización política, en ocasiones podríamos encontrar a un régulo (reyezuelo) al mando de un conjunto de ciudades. Pero lo más frecuente era que cada ciudad tuviese su propio principe u hombre importante, rodeado de una clientela (hombres vinculados a él por un lazo de fidelidad; a esta relación se la denominaba "devotio", y suponía que los que formaban el séquito de un caudillo debían morir con él). Cada ciudad tenía, asimismo, su senado, compuesto por los más viejos y experimentados miembros de cada población. Por último, la asamblea del pueblo, formada por los guerreros, a menudo tenla un peso decisivo en la declaración de la guerra y en la elección de un caudillo». |
DISTRIBUCIÓN DE TUMBAS, SEGÚN EL NIVEL SOCIAL, EN UNA POBLACIÓN PRERROMANA:
Nivel social |
Número de tumbas | Características |
---|---|---|
Guerreros | 18 | Equipo completo (sin atalajes) |
Sacerdote | 1 | Ajuar |
Sin determinar | 22 | Urnas cinerarias, adornos (sin armas) |
Guerreros | 8 | Equipo completo, adornos, atalajes |
Guerrero | 1 | Equipo militar completo, dos espadas |
Sin determinar | 100 | Urnas cinerarias (sin adornos, sin armas) |
Guerreros | 35 | Equipo completo |
Yacimientos: La Osera, Las
Cogotas y El Raso (Avila).
Reelaboración propia de "La estadística y su aplicación en Arqueología:
El ejemplo de las necrópolis vettonas". Revista de Arqueología,
n° 176, Diciembre 1.995, págs. 26-37.
ESTADÍSTICA DE UNA NECROPÓLIS CELTIBÉRICA
Edad | 0-10 | 11-20 | 21-30 | 31-40 | 41-50 | 51-60 | 61-70 | Indet. |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Hombres | - | - | - | 11 | 12 | 4 | 2 | - |
Mujeres | - | 3 | 6 | 6 | 9 | 5 | 2 | 2 |
Indet. | 5 | - | - | - | - | - | - | - |
TOTAL | 5 | 3 | 6 | 17 | 21 | 9 | 4 | 2 |
Yacimiento: La
Yunta (Guadalajara)
Los Celtas en la Península Ibérica (1991) pág., 120.
CREENCIAS Hay referencias a 320 dioses diferentes, aunque no todos de la misma importancia. Los tres principales serían: Tarannis, dios celeste de la tempestad y el trueno (gran dios de todos los pueblos indoeuropeos); Lug, dios del comercio y los artesanos, asociado con el sol; y Teutates, dios astral de la guerra. Otras divinidades eran: Endovelico, dios del Infierno y la noche, de la adivinación y de la salud, al que se representaba en forma de jabalí; Epona, protectora de los caballos; espíritus de las aguas y de las fuentes, de los árboles (especialmente el roble y la encina) y los bosques, genios protectores de los caminos y las encrucijadas; las Matres, representadas por tres mujeres, sentadas, rodeadas de frutos y niños, protectoras de la naturaleza y de la vida humana; y las Tutelas, divinidades femeninas protectoras de la familia. |
CRONOLOGÍA DE LA ROMANIZACIÓN DE LA CARPETANIA
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VIRIATO |
V., recordando traiciones como las de Lúculo y Galba, que bajo pretexto de repartir tierras concentraron a muchos desheredados para después acuchillarlos, se opuso a las conversaciones de paz entre Roma y los lusitanos e incitó a éstos a la guerra. La estrategia de V. es la guerra de guerrillas, la sorpresa de la emboscada y la huida aparente. Se apoyaba en la extraordinaria movilidad de la caballería, armada a la ligera; generalmente no presentaba batalla, ya que en campo abierto era inferior su ejército a las legiones romanas. No pretendía la conquista del terrítorio enemigo, sino cansarlo, debilitarlo y el saqueo. Atacaba, frecuentemente con un grupo escogido de tropas, con preferencia a convoyes y forrajeros. Con esta táctica obtuvo una señalada victoria en Tríbola, ciudad que se sitúa entre el Betis y Carteia, posiblemente en la sierra de Ronda; aquí con una seríe de huidas simuladas atrajo al ejército romano, mandado por Vetilio, a un desfiladero, donde causó 4.000 bajas a los romanos. La victoria de Tríbola colocó en manos de V. toda la provincia Ulterior. En Carpetania con la misma táctica venció a 10.000 hombres a las órdenes del cuestor C. Plaucio. De esta región pasó a la Montaña de Venus, entre el Tajo y el Guadarrama, que le permitió el acceso a la meseta inferior. De nuevo derrotó a C. Plaucio. El caudillo lusitano penetró a continuación en la meseta septentríonal y se dirigió a Segovia primero y nuevamente a Carpetania; atrajo a los habitantes de Segóbriga a una emboscada; aparentando huir y abandonando el ganado. Tomó la ciudad y venció sucesivamente a C. Unamuniano, gobernador de la provincia Citerior, y al pretor del a. 145, C. Nigidio. A la vista de derrotas tan repetidas el Senado decidió enviar a la provincia Ulterior cónsules con ejército consular y no pretores, con mando por dos años. Vino el primero, O. Fabio Máximo Emiliano, con un ejército de 15.000 hombres y 2.000 jinetes. Colocó el cuartel en Orsona (Osuna), pero fue molestado continuamente por las tropas de V .; el ejército romano, durante el primer año, 145 a. C., se entrenó, y obtuvo una victoria en campo abierto que obligó a V. a evacuar el valle del Betis ya retirarse hacia Baecula (Hailén). En los a. 143 y 142 los ejércitos romanos son nuevamente derrotados; estaban mandados por O. Pompéyo A. Filius y por el pretor Ouincio. V. se corríó después con su ejército hacia Tucci (Martos), y así se asentó en el corazón de la provincia Ulterior, desde donde dominaba el valle del Hetis y la Hastetania; estas campañas coincidían con la sublevación de la guerra celtibérica. Roma manaó de nuevo un cónsul a la provincia Ulterior, O. Fabio Máximo Serviliano, que trajo dos legiones, 18.000 hombres y 1.600 caballos. Su primer objetivo fue la conquista de Tucci. Después de varias escaramuzas y huidas simuladas de V ., se vio obligado el cónsul a encerrarse en el campamento, que abandonó. V. se refugió en Lusitania, seguido de cerca por el ejército romano, que en un encuentro con dos capitanes de bandoleros, Curio y Apuleyo, al mando de 10.000 hombres perdió los bagajes. Serviliano retrocedió y se dedicó a castigar, como antes lo había hecho, a las ciudades que se habían pasado al bando lusitano, Tucci, Astigis (Écija) y Obulcola (Porcuna), ejecutando a 500 prisioneros y vendiendo a 9.500 como esclavos. El mismo castigo impuso a otra banda a las órdenes de Konnobos, a quien perdonó; a sus hombres les hizo cortar la mano derecha. Serviliano sitió la ciudad de Arsa, en la Baeturia; v. inesperadamente asaltó al ejército entregado al trabajo de atrincheramiento y atrajo al grueso de las tropas a un desfiladero, pero inopinadamente pactó con Serviliano dejando libre al ejército romano. Las condiciones eran moderadas; se reducían a que en lo sucesivo romanos y lusitanos habrían de respetar los límites actuales de ambos bandos. El pueblo de Roma ratificó el tratado y otorgó a v. el título de amicus populi romani, reconociéndole como rey. En el a. 139 el cónsul O. Servilio Cepión presentó al Senado la paz acordada con v. como injusta, y éste le autorizó a provocar a v. ya quebrantarla. El caudillo lusitano se vio entonces obligado a evacuar la Baeturia ya retirarse a Carpetania, donde le siguió Cepión, a quien V. burló, pasando a Lusitania, siempre perseguido por Cepión y por las tropas del gobernador de la provincia Citerior, Popilio Lenas. El pueblo lusitano se encontraba realmente cansado de luchar, por lo que V. entabló nuevas negociaciones de paz. Exigía Lenas la entrega de los principales rebeldes; v. entregó a unos; a otros, como a su suegro, Astolpas, los mató. Exigió nuevamente el cónsul la entrega de las armas, a lo que el lusitano se opuso; no así el pueblo, que quería la paz a toda costa. Cepión, para las negociaciones, se sirvió de tres amigos de V., Audas, Oitalkon y .Minuros, de la ciudad de Urso, en la Bética, que le asesinaron mientras dormía. Los lusitanos rindieron a v. honras divinas; quemaron su cadáver, mientras ofrecían innumerables víctimas y el ejército evolucionaba alrededor de la pira; 200 parejas combatieron en el ritual funerario. Los historiadores romanos honraron la fama de V.; Polibio y Posidonio elogian su estrategia y censuran su asesinato. Los analistas ensalzan sus cualidades políticas y militares. Lucilio le llama el «Aníbal de los iberos».Para Floro pudo ser el Rómulo de His. pania. BIBLIOGRAFIA.: APPIANO, Bellum Civile 1,86,108-109; Mitrídates 68; FRONTINO 1,4,8; 10,2; 2,5,31; AULO GELIO, Noctes Atticae 15,22; LIVIO, Fragmentos libro 91; OROSIO 5,23,6; PLUTARCO, Pompeyo 17-19; fD, Sertorio, 100; SALUSTIO, Historias 1-11 ; V ALERIO MÁXIMO, 7 ,36; P. BOSCH-GIMPERA-P. AGUADO BLEYE, Hístoria de España, II, Madrid 1935, 120-143; H. GUNDELL, RE IX, Al, 203-230; A. SCHULTEN, Boletín de la Biblioteca de Menéndez y Pelayo, Santander 1920, 120-149, 272-281. |
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